Praga es la capital de la República Checa y una de las ciudades más turísticas de Europa. Su belleza arquitectónica, su riqueza cultural y su ambiente romántico la convierten en un destino ideal para cualquier viajero. Algunos de los lugares que no puedes perderte en Praga son: el Puente de Carlos, el símbolo de la ciudad, que une el casco antiguo con el barrio de Mala Strana, y que está decorado con 30 estatuas de santos y escenas religiosas; el Castillo de Praga, el complejo palaciego más grande del mundo, que alberga la catedral de San Vito, el palacio real, el callejón de oro y varios museos y jardines; la Plaza de la Ciudad Vieja, el corazón de Praga, donde se encuentra el famoso reloj astronómico, la iglesia de Nuestra Señora de Týn, el ayuntamiento y la iglesia de San Nicolás; el Barrio Judío, donde se conservan seis sinagogas, el antiguo cementerio judío y el museo judío, que cuentan la historia de la comunidad hebrea de Praga, y la Colina de Petřín, un parque verde que ofrece unas vistas espectaculares de la ciudad desde su torre de observación, que es una réplica de la Torre Eiffel.