Castilla-La Mancha es una región de España que ofrece una gran diversidad de atractivos turísticos, desde su rico patrimonio histórico-artístico, hasta sus impresionantes paisajes naturales, pasando por su gastronomía, sus fiestas y su artesanía. Algunos de los lugares más emblemáticos de Castilla-La Mancha son: Toledo, la ciudad de las tres culturas, declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, donde se puede admirar la catedral, el alcázar, la sinagoga del Tránsito, la mezquita del Cristo de la Luz y el monasterio de San Juan de los Reyes, entre otros monumentos; Cuenca, otra ciudad Patrimonio de la Humanidad, famosa por sus casas colgadas, su catedral gótica, su puente de San Pablo y su museo de arte abstracto; Las Tablas de Daimiel, el Parque Nacional más pequeño de España, pero uno de los humedales más importantes de Europa, donde se puede observar una gran variedad de aves acuáticas y disfrutar de la naturaleza; El Quijote, la obra cumbre de la literatura española, escrita por Miguel de Cervantes, que tiene como escenario principal la llanura manchega, donde se pueden visitar los molinos de viento, las ventas, los castillos y las iglesias que aparecen en la novela; la Arquitectura Negra, un conjunto de pueblos de la provincia de Guadalajara, que se caracterizan por el uso de la pizarra negra como material de construcción, creando un contraste con el verde de los bosques y el azul del cielo; la gastronomía, basada en los productos de la tierra, como el queso manchego, el aceite de oliva, el ajo, el vino, el cordero, el conejo, las migas, las gachas, el pisto, el gazpacho y los dulces típicos, como las rosquillas, los mazapanes, los pestiños y los barquillos.